Me encantan las tartas de queso, en todas sus variedades. Y especialmente me gusta esta receta de tarta de queso sin horno porque es muy fácil de hacer y está buenísima. Prepara la base, mezcla los ingredientes y deja cuajar en la nevera. Así de sencillo. Y para que sea el postre perfecto, nada como decorarla con buena mermelada casera.
En mi opinión, una de las claves de esta tarta es la combinación de queso crema y requesón, la cual le aporta una textura más ligera que solo empleando el queso para untar. Además, gracias a la ralladura de limón y a la vainilla, desprende un aroma delicioso. Como resultado obtenemos una tarta de queso suave y nada empalagosa; el broche de oro ideal para cualquier comida especial.
Pero no quiero adjudicarme los méritos. Podría decir de esta tarta de queso fría que se trata de una receta colaborativa. Se dio la circunstancia de que un compañero de trabajo me pasara la receta, mientras que otro tuvo el detalle de regalarme un tarro de mermelada de mora elaborada por él mismo. Total, que yo solo tuve que unir todos los ingredientes, pues hasta mis queridos colegas me ayudaron a dar buena cuenta de la tarta. Vamos, lo podría denominarse un networking culinario en toda regla.
Si te gustan las tartas de queso como a mí, te recomiendo que eches un vistazo a esta receta para hacer tarta de queso al horno o a esta otra, en la que te explico cómo hacer tarta de queso rápida en vasitos.
No quiero extenderme más, pues es acordarme de ella y empieza a apetecerme otro pedacito. Por tanto, vamos a ver cómo hacer tarta de queso sin horno.
Utensilios para hacer la tarta de queso sin horno
- Molde desmontable de 22 cm de diámetro
- Rodillo para moler las galletas, mortero o robot de cocina
- Varillas o batidora
- Un cazo para calentar la nata
- Un par de recipientes, uno para remojar la gelatina y otro para hacer la mezcla
Ingredientes para hacer la tarta de queso sin horno
- 250 g de requesón
- 250 g de queso crema (tipo Philadelphia)
- 200 ml de nata para montar
- 150 g de azúcar blanco
- 6 hojas de gelatina
- 2 cucharaditas de vainilla en pasta (o azúcar vainillado)
- ralladura de medio limón
- 1 pellizco de sal
Ingredientes para hacer base de la tarta y para decorarla
- 160 g de galletas (María, Digestive….)
- 100 g de mantequilla
- 200 g aproximadamente de mermelada de frutos rojos
Cómo hacer tarta de queso al horno de manera fácil
Preparamos la base de galleta
- Comienza por triturar las galletas. Aquí tienes varias opciones. Una consiste en meterlas en una bolsa de congelados y pasarles el rodillo hasta molerlas por completo. También puedes utilizar un mortero o un robot de cocina.
- Derrite la mantequilla en el microondas y, una vez fundida, viértela sobre las migas de las galletas.
- Mezcla ambos ingredientes hasta obtener una textura similar a la de la arena mojada.
- Cubre el fondo del molde que vayas a usar con la masa de galleta hasta conseguir una capa fina. Intenta que tenga el mismo grosor por todos los lados. Utilizar el dorso de una cuchara para dejarla bien lisa. Yo también suelo ayudarme de un vaso de agua que tenga la base completamente plana.
- Deja la base de la tarta de queso en la nevera mientras preparas la crema.
Manos a la obra con el relleno de la tarta de queso
- Llena un recipiente con agua fría y pon a remojar las hojas de gelatina. Procura que queden sumergidas por completo.
- Calienta la nata en un cazo y retíralo del fuego justo cuando comience a hervir.
- Escurre las hojas de gelatina y añádeselas a la nata. Mezcla hasta que la gelatina se deshaga por completo y deja que se enfríe un poco.
- Mientras se enfría la nata con la gelatina, mezcla el requesón, el queso crema y el azúcar en otro recipiente. Bate bien todos los ingredientes hasta conseguir una crema homogénea. Este paso puedes hacerlo con un mezclador de varillas. Si quieres que la crema quede más fina, utiliza la batidora, aunque no es imprescindible.
- Añade la vainilla, la ralladura de limón y el pellizco de sal.
- Por último, incorpora la nata con la gelatina y vuelve a batir la mezcla hasta que todo esté integrado.
- Vierte la crema de queso sobre la base de la tarta con cuidado de no romperla.
- Mete la tarta en la nevera durante un mínimo de 3 horas. Si la refrigeras más tiempo, mejor; más firme estará.
Decoramos la tarta de queso
- Saca la tarta del molde con cuidado, una vez que esté cuajada.
- Calienta la mermelada en el microondas durante unos segundos si ves que está un poco espesa. De esta manera se volverá más fluida y podrás extenderla mejor.
- Decora tu tarta de queso sin horno con la mermelada de frutos rojos. En mi caso, la mermelada era de mora.
Variaciones de la receta de tarta de queso fría
- Como puedes ver en la foto de los ingredientes, yo usé vainilla en pasta, pues es muy fácil de usar y da un sabor muy rico. También puedes usar azúcar vainillada, así como la clásica vaina de vainilla para conseguir ese aroma tan especial. En este último caso tendrás que raspar el interior de la vaina para sacarle las semillas y añadirlas a la nata mientras se calienta.
- En lugar de ralladura de limón, puedes usar naranja.
- Si quieres que la capa de mermelada quede más consistente, añádele un poco de gelatina. Pon a remojar un par de láminas en agua fría. Calienta la mermelada y añade las hojas de gelatina hasta que se disuelvan. Espera a que la mezcla enfríe un poco y viértela sobre la tarta ya cuajada. Deja enfriar en la nevera.
- Puedes utilizar la mermelada que más te guste, pero las tartas de queso quedan espectaculares como mermeladas de frutos rojos: fresa, frambuesa, mora, arándanos, grosellas…
- Esta tarta de queso sin horno tiene un sabor suave, no es excesivamente dulce. Si te gustan los postres más dulces le puedes añadir un poco más de azúcar a la crema o a la base de galletas.
Consejos para hacer tarta de queso sin horno
- Es importante que utilices un molde que se pueda desmontar para asegurarte de que la tarta no se rompe al desmoldarla. Si no tienes ninguno, forra el fondo de un molde con film transparente.
- También puedes elaborar esta receta en moldes pequeños para hacer tartas de queso individuales. Quedan de lo más coqueto.
- Ten cuidado con el uso de la gelatina si vas a utilizarla en polvo en lugar de en láminas. Si te pasas con la proporción, la tarta quedará demasiado consistente y, si pones poca, tan blandita que se deshará al cortarla. La marca de gelatina que usé yo recomendaba usar 6 hojas para 500 ml de líquido, justo las que utilicé. Por tanto te comiendo que utilices la cantidad de gelatina en polvo que el fabricante indique para esos 500 ml de líquido.
- Una vez decorada con la mermelada, conserva la tarta de queso sin horno en la nevera. Sin embargo te recomiendo que la saques al menos 30 minutos antes de degustarla para que se atempere. Así notarás mucho más su delicioso sabor.
- ¿Te has fijado que esta receta incorpora un pellizco de sal? La sal, añadida con mesura en los postres, realza el sabor de lo dulce. Pero no te pases: la clave está en añadir solo una pizquita.
Cristóbal dice
Soy uno de los afortunados que probó la tarta y doy fe de que estaba riquísima; con un sabor suave, pero lleno de matices.
Esta receta lo tiene todo: queda rica, es fácil de hacer y también queda bien a la vista. Muy recomendable!
🙂
Código Cocina dice
¡Jajaja! Ser afortunado es que te toque la lotería, hombre… De todas formas, muchas gracias por el comentario y por la parte que te toca, especialmente. Saluditos 🙂
Anuska dice
Afortunada número 2 en probarla y está exquisita. Si nos toca la lotería, mejor que mejor. 😉
Código Cocina dice
🙂 Muchas gracias, guapa! Y eso, que toque!