
¿Quieres probar uno de los dulces más típicos de la Semana Santa? Pues tienes que hacer esta receta de pestiños con miel. Llevan muy pocos ingredientes y son perfectos para disfrutar en casa de todo el sabor de la tradición. ¿Te animas a prepararlos?
Los pestiños con miel son uno de los dulces más emblemáticos de la repostería tradicional española. La miel nos da una pista sobre el origen árabe de este postre, el cual se remonta a la época de Al-Andalus. Aunque se consumen en diversas zonas de nuestro país, no es de extrañar que los pestiños sean tan típicos de Andalucía, donde los hacen realmente ricos. Esta receta de pestiños andaluces es un testimonio de cómo la sencillez de los ingredientes puede dar lugar a un bocado absolutamente irresistible.
Aunque se pueden disfrutar durante todo el año, los pestiños cobran un protagonismo especial en Semana Santa, cuando comparten sobremesas con otras delicias como la leche frita, las clásicas torrijas o los buñuelos de viento. Sin embargo, no es necesario esperar a una fecha señalada para prepararlos.
Como vas a ver ahora, se trata de una receta de pestiños fácil y económica, que se prepara con ingredientes de lo más sencillo: harina, aceite, vino blanco… Vamos, que no puede ser más tradicional. No obstante, a diferencia de los que preparaba mi abuela, yo hago mis pestiños de miel de tamaño más pequeño, no tan grandes. En cualquier caso, esta receta de pestiños antiguos conserva la esencia de las elaboraciones de toda la vida.
A la hora de servirlos, los pestiños funcionan de maravilla como postre, acompañados de un café o una taza de chocolate caliente. Pero también es muy típico tomarlos con un vino dulce, como un Pedro Ximénez o un moscatel.
En definitiva, si buscas la mejor receta de pestiños con miel, la que aúna tradición, sencillez y sabor, estás en el lugar adecuado. Si sois muchos en casa o quieres que te duren toda la Semana Santa, puedes doblar las cantidades, porque desaparecerán antes de que te des cuenta.
Ingredientes para hacer pestiños bañados en miel. Cantidades para unas 30 unidades
- — PARA LA MASA —
- 200 g de harina de trigo normal
- 80 ml de vino blanco
- 80 ml de aceite de oliva suave
- la piel de medio limón y media naranja
- 1 cucharadita colmada de anís en grano (matalahúva)
- 1 pizca de sal
- — PARA FREÍR Y BAÑAR —
- aceite de girasol
- 170 g de miel
- 30 ml de agua
- zumo de medio limón

Cómo hacer pestiños con miel
Prepara la masa de los pestiños
- En primer lugar, vamos a aromatizar el aceite de oliva con la piel de la naranja y del limón. Para ello vierte el aceite de oliva en un cazo y fríe las pieles de los cítricos durante 4 o 5 minutos, hasta que empiecen a estar arrugadas. Hazlo a fuego medio para que no se quemen y vigila que el aceite no llegue a humear. Deja que el aceite se enfríe.
- Mientras, echa los granos de anís y el pellizco de sal en un mortero y dale unos golpecitos hasta que el anís esté más finito. La sal nos ayuda a moler el anís. Este paso es opcional, pero a mí me gusta hacerlo así para que el anís no se note tanto al comer los pestiños.
- Por otro lado, tamiza la harina y la levadura y añádelas a un bol grande. Incorpora el anís molido con la sal y el vino blanco. Retira las pieles de los cítricos del aceite y añádelo también.
- Mezcla todo hasta obtener una masa que no se pegue nada ni a las manos ni al bol. Envuélvela en film transparente y déjala reposar en la nevera durante 30 minutos.



Dale forma a los pestiños y fríelos
- Pon a calentar el aceite de girasol en un recipiente. Necesitamos echar la cantidad de aceite suficiente como para que los pestiños floten, así que, para no gastar demasiado aceite, yo uso un cazo y los voy friendo en tandas pequeñas.
- Echa un pelín de harina en la mesa en forma de lluvia. Con ayuda de un rodillo, estira la masa bien fina. Así los pestiños quedarán más crujientes y ligeros. Procura que la lámina de masa te quede con una forma cuadrada.
- Corta la masa en cuadrados de unos 5 cm de lado. Puedes usar un cuchillo o una rueda de cortar pizza. Si ves que los bordes te han quedado muy desiguales, puedes retirar el sobrante.
- Para hacer los pestiños, coge un cuadrado de masa y junta las puntas opuestas. Séllalas mojándolas con un poquito de agua y apretando bien para que no se abran durante la fritura.
- Según vayas formando los pestiños, échalos al aceite y fríelos. Dales la vuelta para que se hagan por ambas caras. El aceite deberá estar caliente, pero sin que llegue a echar humo. Si ves que humea, baja el fuego.
- Cuando los pestiños estén dorados, sácalos de la fritura y déjalos en un plato que habrás cubierto con papel de cocina. Procede de igual manera hasta terminar con toda la masa.



Baña los pestiños en miel
- En un cazo vierte la miel, el agua y el zumo de limón. Calienta ligeramente hasta que la miel se funda y obtengas un almíbar fluido. Apaga el fuego.
- Sumerge los pestiños en el almíbar durante 1 o 2 minutos por cada cara, según lo que quieras que cojan el baño. Cuanto más tiempo los dejes, más blanditos y dulces quedarán.
- Traslada tus pestiños bañados en miel a un plato y deja que se sequen un poquito antes de comerlos. Si te sobra baño de miel, puedes echárselo por encima una vez los hayas terminado de hacer.


Cómo conservar los pestiños con miel
Al no llevar crema ni nada parecido, los pestiños con miel te durarán en buenas condiciones varios días. Incluso una semana. La miel, además, es un conservante natural. Para que no se resequen, lo ideal es guardarlos en un recipiente cerrado. Puedes echarles por encima lo que te sobre del almíbar de miel. Si se pegan un poquito entre ellos, es normal.
Más consejos para hacer los pestiños
Es normal que, una vez cortados los cuadraditos, veas que la masa se encoge un poco. Para que los pestiños sigan siendo finos, puedes estirarlos un poquito justo antes de echarlos en el aceite caliente. Así quedarán más crujientes.
Aunque para hacer fritos salados suelo usar un aceite de oliva suave, para hacer pestiños de miel o cualquier otro dulce que vaya frito, prefiero usar aceite de girasol, pues deja menos sabor.
Te recomiendo que intentes aprovechar la masa al máximo la primera vez que la estiras. Es cierto que podemos amasar y estirar los recortes nuevamente, pero esta segunda tanda de pestiños quedará más fea. Igual de buenos, eso sí, pero tenderán a abrirse y a hincharse más durante la fritura y saldrán menos bonitos.
En lugar de bañar tus pestiños con miel, puedes rebozarlos con una mezcla de azúcar y canela. Saben distinto, pero también quedan muy ricos.