Fácil de hacer, suave al paladar y con un delicioso toque de limón. Si los neoyorkinos adoran esta tarta será por algo. Estamos hablando de la New York cheesecake, una tarta de queso de textura densa y untuosa que hace prácticamente imposible que solo te sirvas un trocito.
Receta de New York cheesecake auténtica
Típica de la repostería estadounidense, más en concreto de la ciudad de Nueva York, este pastel de queso es una de las tartas más ricas y adictivas que puedes probar. A diferencia de otras tartas similares, la receta de la New York cheesecake se caracteriza por tener un interior denso, pero a la vez suave, que contrasta con una base de galleta crujiente con intenso sabor a mantequilla.
Esa textura tan típica de la New York cheesecake la conseguimos gracias a una buena proporción de queso de untar, al que añadiremos crème fraîche, que potenciará aún más la suavidad del relleno. Este ingrediente es originalmente francés, pero está muy extendido en la repostería estadounidense por ese plus de cremosidad que aporta.
Otra de las elaboraciones que caracteriza a la New York cheesecake es su base de galleta. La receta original emplea Graham crackers. En su defecto se pueden sustituir por unas galletas tipo Digestive, las cuales aportan una textura un poco más compleja que una simple galleta María.
Es frecuente que la New York cheesecake se sirva sola, pero acompañada de una mermelada de frutos rojos también está deliciosa. El punto ácido que aporta la fruta realza aún más el dulzor y la cremosidad de la tarta. Procura que se trate de una mermelada de calidad, si es casera, mejor. Puede ser de fresa, frambuesa, grosella… Yo he escogido una mermelada de arándanos.
¿Quieres sentirte como si estuvieras en una cafetería de Nueva York disfrutando de una porción de su tarta más famosa? Pues sigue esta receta y prepara en casa una New York cheesecake auténtica. Ya verás qué rica está.
Ingredientes para hacer New York cheesecake en un molde de 23 cm de diámetro
- — PARA LA BASE —
- 300 g de galletas tipo Digestive
- 150 g de mantequilla sin sal
- — PARA EL RELLENO —
- 1 Kg de queso crema
- 200 g de azúcar blanca
- 3 huevos enteros + 1 yema
- ralladura de 1 limón
- zumo de 1/2 limón
- 30 g de almidón de maíz (maicena)
- 250 g de crème fraîche (nata para montar en su defecto)
- — PARA DECORAR —
- Mermelada de frutos rojos al gusto
Cómo hacer New York cheesecake
Prepara la base de galleta
- Funde la mantequilla en el microondas o en un cazo hasta que esté completamente derretida.
- Tritura las galletas con un robot de cocina. También lo puedes hacer con una bolsa de plástico para congelar alimentos y un rodillo de cocina.
- Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla fundida hasta obtener una textura similar a la arena mojada.
- Extiende la masa sobre la base del molde y súbela un poco hacia las paredes. Aprieta con la mano para que la galleta se asiente y no se caiga. Para que la base te quede bien lisa, usa el dorso de una cuchara o la parte inferior de un vaso para aplanarla.
- Mete esta base de galleta en la nevera mientras sigues con el proceso. Durante este tiempo la mantequilla se solidificará de nuevo y la galleta quedará más firme.
Prepara el relleno y hornea
- Precalienta el horno a 180 °C con calor arriba y abajo. No es necesario el ventilador.
- En un bol o en el vaso de un robot de cocina coloca el queso crema, el azúcar, la ralladura de limón y el zumo de limón. Mezcla hasta que todo se integre.
- Añade los huevos y la yema. Hazlo de uno en uno mientras sigues batiendo a velocidad baja, pues no nos interesa incorporar aire.
- Añade el almidón de maíz tamizado. Vuelve a mezclar.
- Finalmente, incorpora la crème fraîche. Mezcla por última vez hasta conseguir una crema homogénea.
- Saca la base de galleta de la nevera y vierte encima esta mezcla. Alisa la superficie con el dorso de una cuchara o una lengua de repostería.
- Hornea tu tarta de queso a 180 °C durante 50-60 minutos. Durante el horneado verás que la tarta se infla un poco. Cuando veas que los bordes están dorados, ya está lista.
- Deja templar la tarta. Comprobarás que todo lo que había subido al hornearse, bajará, pero no te preocupes; es normal. Cuando ya no queme, métela en la nevera para que se enfríe por completo. Deberás esperar un mínimo de 6 horas para consumirla, tiempo en el que se asentará y adquirirá más cremosidad.
Decora y sirve tu tarta de queso
- Una vez la tarta haya reposado, desmóldala con cuidado para que la pared de galleta no ser rompa.
- Finalmente, cubre tu New York cheesecake con mermelada de frutos rojos y disfruta de su delicioso sabor.
Consejos para hacer tarta de queso estilo New York cheesecake
Las cantidades que te indico rinden para un molde de 23 cm de diámetro. Si es más grande, la tarta quedará más bajita y, si es más pequeño, se desbordará. Lo ideal es que sea un molde desmontable; así la sacarás fácilmente sin que las paredes de galleta se rompan.
Puedes hacer el relleno de la crema a mano, pero te aconsejo que uses una batidora eléctrica o un robot de cocina. Es una crema muy densa y si la trabajas a mano te costará mezclarla.
Si pasado el tiempo de horno que te indico ves que la tarta sigue blanda en el centro, no te preocupes, es así. Una tarta de queso bien hecha tendrá los bordes firmes, pero temblará en el centro al sacarla del horno. Si esperamos a que esté completamente cuajada y dura, significará que está demasiado hecha.
La crème fraîche no es difícil de encontrar, pero si no la consigues, puedes sustituirla por la misma cantidad de nata para montar, ya sabes, la que tiene un 35 % de materia grasa. Asimismo, puedes añadir un toque de esencia de vainilla en lugar de la ralladura de limón.
Es importante que respetes el tiempo de enfriado de la cheesecake, pues no solo es necesario para que el relleno tome cuerpo, sino también para que los sabores se potencien. Si la puedes preparar con un día de antelación, mejor. Estará más asentada.
¿Cómo conservar tu tarta de queso?
Puedes guardar tu New York cheesecake en la nevera durante 3 días como máximo. Envuélvela bien en film transparente para que no adquiera otros olores.
¿La tarta de queso se puede congelar? Sí, se puede, tanto entera como cortada en porciones. Envuélvela de la misma manera, con film transparente. Para descongelarla, sácala con unas horas de antelación y déjala en la nevera para que se descongele poco a poco.