Si pruebas estas medias noches caseras con masa madre ya no querrás volverlas a comprar nunca más. Quedan tiernas, suaves y con un aspecto doradito de lo más apetecible. Sigue leyendo y te cuento cómo se preparan.
Las medias noches: unos bollitos para tomar con dulce o salado
Si no eres de España, quizá te estés preguntando qué son las medias noches, también escrito mediasnoches. Pues bien, son unos pequeños bollitos que están a medio camino entre un panecillo, un suizo y un brioche. Presentan una corteza fina y de color dorado intenso.
Las medias noches son tiernas y esponjosas. Su sabor es suave y bastante neutro, por lo que se pueden degustar tanto con rellenos salados como dulces.
Esta receta de medias noches caseras está elaborada con masa madre, la cual aporta un extra de aroma a la miga. La masa madre que yo tenía en casa estaba hecha a partir de harina integral, por eso se aprecian las pintitas de salvado en la corteza. Puedes hacerlas perfectamente con masa madre de harina blanca; el resultado será muy similar.
No es una receta rápida de hacer, cierto, pero preparar nuestros propios panes y piezas de bollería da mucha satisfacción. Puedes aprovechar la ocasión y doblar las cantidades de la receta para preparar más medias noches. Las que no vayas a consumir inmediatamente, las congelas.
Dicho todo esto, vamos con la receta de medias noches caseras, que tiene mucho que contar.
Ingredientes para hacer medias noches caseras con masa madre. Cantidades para 15 unidades
- 200 g de harina fuerte (12,9 g de proteína)
- 50 g de harina floja (9 g de proteína)
- 7,5 g de levadura fresca
- 50 g de masa madre
- 30 g de azúcar
- 6,25 g de sal
- 2 huevo M (1 para la masa y otro para pintar las piezas)
- 50 g de mantequilla
- 60 g de leche entera
- 25 g de agua
Cómo hacer medias noches caseras con masa madre
Preparación de la masa
- Calienta la leche unos segundos en el microondas para que esté ligeramente templada (nunca caliente). Disuelve la levadura fresca en ella.
- En un bol, tamiza los dos tipos de harina con el fin de airearla. Añade todos los ingredientes de las medias noches excepto la mantequilla.
- Mezcla hasta que la harina esté más o menos integrada. Vuelca sobre una superficie bien limpia y amasa. Este paso también lo puedes hacer con una amasadora.
- Trabaja la masa estirando ligeramente y doblándola sobre sí misma. Gírala 90º cada vez que hagas este gesto. Al principio la masa estará pegajosa, pero según se vaya amasando se dejará de pegar. Su aspecto también se irá volviendo más terso y suave. Amasa hasta que tenga un aspecto homogéneo y liso.
Boleado y primera fermentación en bloque
- Una vez esté lisa, vamos a bolear la masa. Para ello mete las manos por debajo de la masa y hazla rodar por la mesa para generar tensión en la parte exterior. En la parte inferior deberá quedar un pliegue.
- Coloca la masa con el pliegue hacia abajo en un recipiente. Tápala y deja que fermente unas 2 horas en un lugar templado (unos 27º). Esto constituirá una primera fermentación en bloque, en la que doblará su volumen.
Incorporación de la mantequilla
- Una vez fermentada, la masa debe presionarse ligeramente para sacar el aire.
- Ahora, añade la mantequilla cortada en cubitos y vuelve a amasar. En esta ocasión sí que he usado mi robot de repostería, pero se puede hacer a mano. Al principio, la masa se volverá nuevamente pegajosa, pero con el amasado la mantequilla se irá absorbiendo paulatinamente y se acabará despegando de las paredes del bol.
- La masa se debe trabajar hasta que pase la prueba de la membrana o camisa. Para hacer esta comprobación se toma un trozo de masa y se estira suavemente entre los dedos hasta obtener una membrana fina y traslúcida. Si esto no se produjera, deberás seguir amasando unos minutos más.
División de la masa, pintado y segunda fermentación
- Divide la masa en porciones iguales. Lo ideal es utilizar una espátula para evitar que la masa se desgarre. Para que todas las piezas sean del mismo tamaño, pésalas con una báscula. Las mías eran de unos 35 g cada una.
- Bolea las piezas y darle su forma definitiva. Para ello, haz un pequeño hatillo con cada una y dale la vuelta para que el pliegue quede hacia abajo. Seguidamente, con la mano ahuecada, presiona la bolita contra la mesa y hazla rodar ligeramente de manera circular. La superficie debe quedar completamente lisa.
- Coloca las medias noches en una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. Dejar una separación de unos 8 cm para que no se peguen durante el levado.
- Bate el otro huevo y pinta la superficie de las piezas con un pincel.
- Tapa las medias noches con un paño húmedo para evitar que se resequen y dejarlas reposar en un lugar templado hasta que doblen su volumen. Tardarán una hora, más o menos.
Horneado de las medias noches
- Precalienta el horno a 200 ºC, con calor arriba y abajo.
- Justo antes de meter las medias noches en el horno, vuelve a darles una capa de huevo batido. Esta segunda capa ayuda a conseguir ese aspecto tostado y brillante de las medias noches.
- Mete las medias noches en el horno y, una vez dentro, bájalo a 190º. Hornea las piezas entre 12 y 15 minutos o hasta que la superficie adquiera un tono dorado.
- Una vez listas, traspásalas a una rejilla y déjalas enfriar completamente.
Otros consejos para hacer mediasnoches de masa madre caseras
- Los tiempos de fermentación son variables, pues dependen de la temperatura ambiental. Cuanto más calor haga, más rápido levará la masa.
- Cuando pintes las mediasnoches con huevo, no lo hagas en exceso, ya que si el huevo se escurre por debajo de las piezas pueden quedarse pegadas al papel.
- En el momento de tapar las medias noches ya formadas, puedes hacerlo con un paño húmedo o con film transparente. Si lo quieres hacer con film, acuérdate de engrasarlo con un poco de aceite. Si no lo haces se queda pegado a las medias noches y al retirarlo pueden romperse y desgasarse.
- No pierdas de vista las medias noches mientras se hornean, pues son piezas pequeñas y se hacen rápido.
Cómo conservar las medias noches caseras
Estas medias noches duran tiernas unos 2 o 3 días. Guárdalas en una bolsa o en un recipiente cerrado para que no se resequen antes de tiempo. Al estar hechas con masa madre, aguantan en buenas condiciones un poco más que si no la llevaran. No obstante, recuerda que no son un producto industrial, así que su duración siempre serán menor.
Si prevées que no las vas a consumir en unos días, las puedes congelar sin problema. Un vez descongeladas quedan casi como recién horneadas.