Con tan solo 22 años Clara Villalón participó en la primera edición del famoso MasterChef. No ganó, pero el programa le dio la oportunidad de dedicarse al mundo de la gastronomía, un trabajo que ama y le hace muy feliz.
Tras su paso por el concurso, Villalón trabajó en las cocinas del restaurante El Bohío y de Casa Marcial, así como en la sala de La Tasquería de Javi Estévez. Ahí pudo conocer a fondo todos los aspectos de la restauración.
Hoy, casi 10 años después, esta madrileña es una todoterreno del ámbito culinario. Experta en gastronomía, según afirma en su página web, Clara Villalón presta servicios de consultoría para restaurantes, publica libros, desarrolla recetas para marcas como Joselito, escribe en medios como El Español o El Diario Montañés… También ha creado Mamá Naranja, su propio delivery de repostería casera. Incluso le ha dado tiempo a asomarse de nuevo a la pequeña pantalla como jurado de Celebrity Bake Off España.
Hace unos días Clara Villalón presentó en Madrid la nueva freidora de aire de Cosori, para la que también ha desarrollado un libro con 20 deliciosas recetas. Aprovechando la ocasión, Código Cocina la ha entrevistado.
⚫ Tu trayectoria en el mundo de la cocina comenzó cuando saliste de MasterChef, allá por 2013. ¿Qué te impulsó a presentarte al concurso?
Mi andadura en realidad empezó antes de MasterChef, pues en mi casa se come fenomenal y son unos locos de ir a restaurantes. Desde muy pequeña me han llevado a las grandes casas como Jockey o El Bulli. Pero nunca me había planteado dedicarme a algo relacionado con la gastronomía. Yo era buena estudiante y solo contemplaba las opciones que me daban en el colegio, por muy triste que suene. Te planteas Industriales, Económicas o Arquitectura, pero nunca otro tipo de posibilidades. Acabé estudiando Económicas en la Complutense.
⚫ ¿Y en qué momento se produce ese cambio?
Todo cambió cuando caí enferma a causa de una bacteria, la Klebsiella Pneumoniae, que me tuvo un año y medio en la cama. En ese tiempo apareció MasterChef en Estados Unidos y ya pensé en la posibilidad de ir. Después llegó MasterChef España y, el mismo día que iba a retomar la Universidad, me llamaron del programa.
MasterChef me cambió la vida, aunque es verdad que yo también me lo he currado. Un programa de televisión puede ser una lanzadera, pero requiere que haya un trabajo detrás.
⚫ MasterChef no ha sido tu única experiencia televisiva, pues también te hemos visto como jurado de Celebrity Bake Off. Qué te ha resultado más complicado, ¿ser concursante o jurado?
Es que Bake Off ha sido tan fácil… Creo que tanto para los concursantes como para el jurado. Evidentemente a los concursantes se les veía trabajar y sufrir a ratos, pero la experiencia de Bake Off no tiene nada que ver con MasterChef. No voy a decir que una sea mejor que la otra, pero en Bake Off siempre intentábamos ser un jurado constructivo. Podíamos decir que algo estaba mal, pero siempre aportando algo a nuestros celebrities de manera que ellos crecieran.
Para mi ser jurado se Bake Off ha sido tremendamente bonito y también he aprendido mucho de ellos, de su constancia. He aprendido a cómo decir las cosas, a ser constructiva. Tienes que ponerte en la piel del otro. Igual da más juego televisivo ser un ogro, pero no era la experiencia que nosotros queríamos transmitir. Ha sido muy divertido y pese a ello no hemos perdido nunca el rigor gastronómico.
⚫ Eres muy activa en redes sociales, especialmente en Instagram, donde subes contenido de mucha calidad. Eso requiere un gran esfuerzo, por tanto, ¿qué te aporta a ti estar en redes sociales?
Para mi Instagram empezó como algo personal, pero rápidamente lo profesionalicé. Yo no quería contar mi vida. Además, mi visión de las redes sociales es la de alguien que tiene su trabajo al margen de ellas. Yo desarrollo productos y recetas para marcas, no simplemente para Instagram.
Evidentemente para mí es un canal de comunicación y también me llegan cosas por ahí, pero si mañana cierran Instagram yo voy a seguir trabajando. A lo largo de los años me he ido formando, especializando y adquiriendo conocimientos que puedo aplicar en muchos otros ámbitos; no me quedo ahí.
⚫ ¿Qué opinas de hacer colaboraciones con marcas?
Tener en cuenta lo que publicitamos es una responsabilidad de los creadores de contenido. Yo he dicho que no a marcas que no me convencían, pues mi credibilidad va por delante. Hay que tener un poco de responsabilidad social a la hora de decidir qué comunicas y con qué marcas.
Pero hay gente que es muy vendida. Yo soy respetuosa con lo que hacen los demás, pero esto es una carrera de fondo. A mí no me vale facturar este año una barbaridad a cualquier precio, porque dentro de dos años… ¿qué pasa?
⚫ ¿Cómo valoras la parte social que tienen estas herramientas?
Son una herramienta preciosa para conectar con la gente. Muchas veces nos olvidamos de ese matiz social que tienen las redes. Yo contesto a todos los mensajes privados que me llegan, creo una comunidad. Generas un vínculo con los demás, lo cual me parece muy bonito.
Es cierto que muchas veces no se tiene en cuenta el trabajo que hay detrás. En ese sentido las redes son un poco desagradecidas, aunque creo que cada vez se valora más y la gente agradece lo que haces.
⚫ Eres consultora gastronómica, desarrollas recetas para marcas… Incluso has creado tu propia marca de repostería por encargo: Mamá Naranja. ¿Qué te queda por hacer? ¿Cuál es tu próximo reto?
Lo que la vida me platee. Cuándo me preguntan que cómo he llegado donde estoy, yo contesto que diciendo que sí a las oportunidades que me da la vida. Si igual alguien piensa en mí para… qué sé yo, una línea de cocina para veleros. Pues diría que sí.
No obstante, hay algo que últimamente me frustra un poco, pues me hubiera gustado poner en marcha una empresa. He tenido ideas, pero no las he podido llevar a cabo porque tengo tantas cosas abiertas… Es imposible. Y parar todo mi trabajo, que me hace feliz, para poner en marcha una cosa que no sé si va a funcionar…
⚫ Pero ya abriste Mamá Naranja, que tiene unos postres espectaculares, como esa maravillosa tarta de queso.
Esa tarta de queso que yo grabé con el Comidista…. A partir de aquel momento empezaron a servirlas en todos los restaurantes. Antes no había ninguna tarta de queso de ese estilo, salvo la de Cañadío o la tarta de La Viña.
Pero Mamá Naranja no son simplemente tartas, es repostería 100 %, natural, casera y sin ningún tipo de guarrería, lo más importante para mí. Es una repostería como la que podrías preparar tú en tu casa. Además, son totalmente personalizables, pues soy yo la que estoy trabajando para ti.
⚫ ¿Cómo defines tu cocina?
Yo sería la abuela 2.0… (risas). Yo soy de sofritos, de guisos, de caldos, hago mi propio pan en casa. Yo sí que hago comida real. Lo del realfooding es la comida de nuestras abuelas de toda la vida.
Y digo lo de 2.0 porque no me cierro a otras posibilidades, investigo recetas de fuera… Pero siempre documentándome, que es fundamental.
⚫ ¿Cuáles son los dos ingredientes que nunca faltan en la despensa de casa?
El huevo y el aceite de oliva. Son básicos.
⚫ Que te hayas involucrado tanto con Celebrity Bake Off y Mamá Naranja, ¿significa que que disfrutas más cocinando dulce que salado?
Me gusta mucho más comer y cocinar salado, pero es que el mundo de la repostería no tiene nada que ver. Me llama la atención porque supone un reto mayor, me pone más contra las cuerdas. Yo soy muy perfeccionista y creo que la repostería requiere más atención al detalle. Me gusta esa sensibilidad especial que hay que tener para ella.
⚫ ¿Cuál es tu plato estrella? Ese que preparas cuando quieres sorprender a alguien o cuando quieres lucirte.
Yo hago siempre platos distintos. Si quiero sorprender me voy a un mercado, compro un buen producto y busco un reto para mí. No me gusta repetir lo mismo que me sale bien. Lo mejor que puedo regalarle a alguien que viene a sentarse a mi casa es mi tiempo.
Siempre recuerdo que lo primero que le cociné a mi marido fue algo que nunca había preparado: kokotxas. Ese día me planté en su casa con una bolsa de la pescadería dispuesta a hacer unas kokotxas en salsa que nunca había cocinado. Además, él tampoco las había comido antes. ¡Esto no lo había contado nunca!
En resumen, mi mejor forma de agasajar a alguien es regalarle mi tiempo, mis conocimientos y mi valentía. Lo otro, en el fondo, es ir a lo fácil.
⚫ Por último. ¿Qué consejo le darías a esas personas que son perezosas para cocinar o que tiran mucho de precocinado? ¿Cómo les animarías a que se pusieran a ello?
Mi mejor consejo es decirle que somos lo que comemos. Muchas veces, hacer una receta rica, diferente y saludable lleva casi el mismo tiempo que calentar un precocinado. Por ejemplo, en hacer una ensaladita de pepino con una vinagreta de cacahuete, tardas 5 minutos.
Tenemos que ser más conscientes de lo que comemos y sobre todo no dejarnos llevar por las campañas de marketing.