¿Te apetece preparar un picoteo sabroso y fácil al mismo tiempo? ¿Te gustan los contrastes entre dulce y salado? Pues tienes que probar esta receta de empanadillas de morcilla y manzana. En un momento las tendrás listas y quedan buenísimas.
La morcilla es uno de los productos derivados del cerdo más sabrosos que hay. Podemos tomarlas solas, bien frititas, o incorporarlas a nuestras recetas. En esta ocasión, la morcilla es la protagonista del relleno de unas empanadillas, a las que va a aportar todo su sabor y jugosidad.
La encargada de aligerar el bocado e incorporar un contrapunto dulce es la manzana, mientras que los piñones aportan su toque crujiente. El resultado de combinar estos tres ingredientes es delicioso.
Hay muchas variantes de morcilla y su preparación varía según nos encontremos. La que me parece más adecuada para esta receta es la morcilla de cebolla, más jugosa que otras. Con una morcilla de arroz el relleno quedaría algo más seco, aunque también podría emplearse.
Como vas a ver ahora, las empanadillas de morcilla van hechas al horno. Así quedan muy crujientes y nada grasientas. Es como más me gustan. Estas empanadillas de pisto y chorizo, sin ir más lejos, están hechas de la misma manera, así como mis empanadillas de atún y huevo.
Estas empanadillas de morcilla y manzana son perfectas para una cena informal con amigos, un aperitivo delicioso o incluso como plato principal acompañado de una ensalada fresca. Además, son muy fáciles de preparar. Las obleas que he usado son compradas, lo cual nos facilita mucho la preparación del plato. Si lo deseas, puedes hacer la masa en casa.
Dicho todo esto, vamos a ver cómo se preparan. Toma nota de la receta.
Ingredientes para hacer empanadillas con morcilla y manzana. Cantidades para 12 unidades
- 12 obleas de empanadillas
- 350 g de morcilla de cebolla
- 1 manzana y media
- 1 trocito de mantequilla
- 25 g de piñones
- 1 huevo (para pintar las empanadillas)
- sal (opcional)
Cómo hacer empanadillas de morcilla y manzana
- Lava y pela las manzanas. Quítales el corazón y pártelas en daditos. Ten en cuenta que van a ir dentro de las empanadillas, así que tienen que ser pequeños.
- En una sartén, derrite la mantequilla. Añade los dados de manzana y saltéalos a fuego medio-fuerte hasta que comiencen a ablandarse.
- Por otro lado, retira la piel de las morcillas, extrae su contenido y desmenúzalo.
- Añade la morcilla a la sartén y saltéala. Verás que comienza a soltar su propia grasa, por lo que no sería necesario añadir aceite.
- Incorpora los piñones tostados y mezcla todo. Comprueba el punto de sal y, si el relleno está soso para ti, añade un poquito de sal.
- Ahora vamos a rellenar las empanadillas. Coloca una cucharadita de la mezcla que acabas de hacer sobre cada oblea, dóblala sobre sí misma y ciérrala sellando los bordes. Es muy típico usar un tenedor para sellar las empanadillas, pero también puedes hacer un repulgue con los dedos.
- Coloca las empanadillas sobre la bandeja del horno, que previamente habrás cubierto con papel vegetal.
- Bate el huevo y píntalas con ayuda de un pincel de cocina.
- Hornea tus empanadillas a 180º durante 15 minutos o hasta que la superficie esté dorada.
- Retíralas del horno, déjalas enfriar un poco y disfruta de tus empanadillas de morcilla y manzana.
Consejos para hacer empanadillas de morcilla y manzana
Coloca la cantidad justa de relleno en cada empanadilla. Si pones mucho, las obleas se romperán, pero si te quedas corto, quedarán poco lucidas. Irás tomando la medida adecuada según las vayas rellenando.
Con las cantidades que indico más arriba, a mí me sobró un poco de relleno. Prefiero no quedarme corta por si tú usas unas obleas algo más grandes que las mías. En ese caso, la cantidad será ideal.
Estas empanadillas de morcilla y manzana con piñones quedan fenomenal en el horno. La morcilla es un ingrediente bastante graso, por lo que fritas quedan mucho más pesadas. También podrían hacerse en airfryer.
No obstante, si prefieres freírlas echa un vistazo a estas empanadillas de sobrasada, queso y cebolla caramelizada, que van hechas de la misma manera. Acuérdate de hacerlo en aceite bien caliente, aunque no humeante. En este caso no tendrás que pintarlas con huevo.
Yo prefiero tomarlas calentitas y recién hechas, pero las empanadillas están buenas de todas las maneras: frías, templadas, calientes… Si te sobran empanadillas puedes recalentarlas más tarde, aunque perderán su textura crujiente.