¿Cuál es el mejor molde para hacer un bizcocho? ¿Es mejor un molde de silicona o de metal? Si eres aficionado a la repostería es posible que te hayas realizado preguntas parecidas. Como ninguno hemos nacido sabiendo, aquí voy a resolverte estas y otras las cuestiones relacionadas con los moldes para hacer bizcochos.
A la hora de comprar un molde para bizcochos existen tantas posibilidades que a veces no sabemos ni por dónde empezar. Las formas y materiales que podemos encontrar son casi infinitos y pueden complicar la elección más que facilitarla.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que elegir el molde adecuado para un bizcocho va más allá de lo estético. El material con el que esté fabricado, su forma y tamaño intervienen en el correcto desarrollo de la masa durante el horneado y determinan el resultado final.
Como recomendación general te aconsejo elegir un molde lo más parecido al usado en la receta que estés siguiendo. Si no tienes mucha experiencia haciendo bizcochos y quieres acertar a la primera, intenta buscar recetas que den indicaciones sobre qué tamaño y tipo de molde utilizar. Así evitarás llevarte sorpresas.
Sin embargo, esta información no suele estar incluida en todas las recetas, por lo que conviene conocer las características de los diferentes moldes que existen en el mercado. De esta manera, cuando vayas a comprar moldes para bizcochos, te será más sencillo escoger el adecuado.
Como te decía, existen tres variables determinantes para elegir el mejor molde para bizcochos: la forma, el material y el tamaño. Veamos cómo influyen en el resultado.
🍰 Moldes de bizcochos según el material
No todos los materiales distribuyen el calor de igual manera, por lo que la elección de uno u otro influirá en el tiempo de horneado, en la esponjosidad y en la textura del bizcocho. Cuanto peor conductor del calor sea un material, más tiempo de cocción necesitaremos.
Además, ciertos materiales facilitan el desmoldado de los bizcochos, factor que también debemos tener en cuenta. Por lo general lo más recomendable es que sean antiadherentes, aunque veremos que hay excepciones. También es importante que el molde tenga cierta calidad, pues cuanto mayor sea, mejor se desmoldará el bizcocho.
Los materiales de los moldes de repostería son diversos: acero inoxidable, cerámica, silicona… Veamos las ventajas e inconvenientes de los más usados.
– Moldes de acero inoxidable
Son los más populares y tienen muy buena relación calidad-precio. Salvo alguna excepción, son mis favoritos.
El metal distribuye muy bien el calor, lo que ayuda a que el bizcocho de cocine de manera uniforme y el tiempo de horneado sea más corto. Suelen ir recubiertos de una capa antiadherente que evita que las masas se peguen. No obstante, para asegurarnos un resultado óptimo, siempre es aconsejable engrasarlos o cubrirlos con papel de horno.
Su principal desventaja es que pueden rayarse y estropearse con cierta facilidad, especialmente si no son de buena calidad. Para que esto no ocurra debemos evitar lavarlos con estropajos duros o cortar el bizcocho directamente sobre la base. Yo prefiero lavarlos a mano, ya que el lavavajillas acaba dañando la capa antiadherente.
– Moldes de aluminio
Su comportamiento es similar a los de acero, aunque este metal es algo más ligero y menos resistente a golpes y abolladuras. No suelen llevar capa antiadherente, por lo que deberemos engrasar muy bien el molde o usar papel de horno para que el bizcocho no se pegue.
- Existe una excepción de molde de aluminio que no se debe engrasar. Se trata del molde para hacer angel food cake o pastel de ángel. La razón por la que no se engrasa es que para que el bizcocho crezca correctamente durante el horneado debe irse agarrando a las paredes del molde. El resultado es un bizcocho muy esponjoso y aireado.
- Otra de las características del molde para hacer angel food cake es que presenta unas pequeñas patitas sobre las que se apoya boca abajo una vez el bizcocho está hecho. Esto también contribuye a conseguir la esponjosidad típica de este dulce.
– Moldes de aluminio de Nordic Ware®
Mención aparte merecen los moldes de Nordic Ware®, tanto por su calidad como por su diseño. Estos moldes están hechos de aluminio colado y su interior va recubierto de una capa antiadherente. Pesan mucho más que un molde de aluminio normal pero también son más resistentes. No se recomienda lavarlos en lavavajillas, ya que el antiadherente puede estropearse.
Los moldes de Nordic Ware® se caracterizan por sus atractivos y elegantes diseños. Son tan bonitos que prácticamente no te hará falta decorar tu bizcocho para que luzca precioso. No obstante, aunque su interior es antiadherente, tienen tantos recovecos que es aconsejable engrasarlos muy bien para lograr un desmoldado impecable.
Tienen un precio elevado, pero su altísima calidad bien merece la inversión. Te durarán toda la vida.
– Moldes de silicona
Los moldes de silicona se han puesto muy de moda. La razón es que son baratos y pueden tener formas muy diversas. La mayoría de ellos no son desmontables, es decir, vienen en una sola pieza. Sin embargo, la flexibilidad de la silicona hace que se desmolden muy bien.
Por desgracia no todo son ventajas en los moldes de silicona. Uno de sus principales inconvenientes es que la silicona transmite peor el calor que los metales, por lo que necesitaremos subir un poco la temperatura del horno o prolongar el tiempo de cocción. Por otro lado, al ser menos rígidos tienden a deformarse durante el horneado. También se suelen estropear más que los moldes metálicos y con el uso pueden adquirir un tacto pegajoso.
En general no me gusta usar moldes de silicona, aunque hay una excepción. Los moldes de Lékué® me encantan; dan muy buenos resultados. Esta marca cuenta con una serie de moldes de silicona con bases cerámicas que son una maravilla. Tengo varios y no me canso de usarlos, ya que también van fenomenal para preparar tartas de queso y tartas frías.
– Moldes de cerámica
Aunque también se pueden hornear bizcochos en ellos, los moldes cerámicos suelen emplearse más para elaborar tartas con masas quebradas. No obstante, la cerámica distribuye correctamente el calor, así que también son buena opción para los bizcochos. Lo que más me gusta de este tipo de moldes es su aire vintage y los colores tan bonitos en los que se suelen fabricar.
Su principal desventaja consiste en que son moldes de una sola pieza, por lo que debemos engrasarlos muy bien o protegerlos con papel. Además, suelen pesar bastante y su precio tiende a ser elevado. Si te decides a adquirir uno de estos, no olvides que la cerámica es un material delicado, así que tendrás que tener cuidado de no golpearlo para que no se rompa o descascarille.
– Moldes desechables
Estos moldes de un solo uso pueden estar fabricados de aluminio o de papel. Resultan prácticos cuando hacemos bizcochos para regalar, para llevar de excursión o en situaciones similares. Además, son muy baratos y se pueden encontrar en casi cualquier supermercado.
Sin embargo, la masa no se comporta como en otro tipo de moldes y el bizcocho puede tardar más en hacerse. Salvo en situaciones como las que te acabo de indicar, yo no uso este tipo de moldes, pues no me gusta el resultado que dan. No obstante, si por alguna razón los tienes que emplear acuérdate de engrasarlos bien para que el bizcocho no se pegue.
🍰 Moldes de bizcochos según la forma
Es otro factor que nos hará decantarnos por un molde u otro. Antes que nada debemos tener en cuenta que hay preparaciones que se asocian a una forma determinada. Por ejemplo, aunque se pueden hornear también en un molde redondo, una coca de llanda, un financier o un plumcake son bizcochos que tradicionalmente presentan formas rectangulares. Algo similar ocurre con el savarín, un tipo de bizcocho en el que la preparación y la forma van ligados.
Además, la forma del molde influye en factores como la textura del bizcocho, si lo vamos a poder desmoldar fácilmente o el uso final que le vayamos a dar.
– Moldes para bizcochos redondos: los clásicos
Me atrevo a decir que son los más utilizados a nivel casero. Los bizcochos elaborados en moldes redondos son perfectos para degustar solos, pero también sirven como base de infinidad de tartas y pasteles.
Los moldes redondos pueden ser de una pieza o desmontables. Cuando son de una pieza, salvo que sean de silicona, es imprescindible cubrirlos con papel de hornear para poder sacar el bizcocho sin romperlo. Yo, además, suelo engrasarlos un poquito para que el papel se adhiera a las paredes y no se caiga mientras vierto la masa.
Los moldes desmontables pueden ser de apertura lateral, en los que el aro se abre y se separa de la base, o con la base desmontable, también llamados push pan. Estos últimos suelen llevar un reborde de silicona para evitar que se escape parte de la masa por la junta.
Los modelos de moldes redondos que más uso son dos. Los verás en muchas de las fotos del blog. El primero, es el molde de Lékué®de 23 cm de diámetro. Me encanta porque tiene la base de cerámica, lo que te permite servir el bizcocho sobre ella directamente. No obstante, cuando quiero hacer bizcochos de diámetro más pequeño para que me quede más alto escojo un molde de 20 cm de MasterClass.
– Moldes para bizcochos tipo corona, savarín o bundt cake
Son también moldes redondos que se caracterizan por presentar un agujero en su parte central. Este hueco no solo tiene una función estética, sino que ayuda a que el bizcocho se cocine por el centro.
Dependiendo del material con el que estén fabricados, este tipo de moldes pueden ser desmontables o no. En cualquier caso, siempre recomiendo engrasarlos muy bien antes de verter la masa.
Dentro de los bizcochos de tipo corona encontramos los bundt cake. Se trata de un tipo de bizcocho de miga prieta que suele llevar una buena proporción de mantequilla, además de otros ingredientes como frutos secos, chocolate, etc. Se hornean en este tipo de molde para evitar que una masa tan densa quede cruda en la parte central.
La marca que mejores moldes para bundt cake comercializa es Nordic Ware®, de la cual ya te he hablado anteriormente.
– Moldes para bizcochos cuadrados, rectangulares y tipo plumcake
Los bizcochos horneados en moldes cuadrados o ligeramente rectangulares tienden a ser más planos y bajitos. No les suele salir mucho copete, ya que el calor se reparte de manera más uniforme. El tiempo de cocción no es muy largo.
En el caso de los moldes alargados tipo plumcake ocurre todo lo contrario. Estos bizcochos quedan bastante altos y les suele salir mucho copete, llegando incluso a abrirse por su zona central. Necesitan horneados más largos para que el centro de la masa llegue a cocinarse por completo.
Aunque también podemos encontrar algunos modelos desmontables, los moldes con esta forma suelen ser de una pieza. Por ello debemos engrasarlos o cubrirlos con papel de hornear antes de verter dentro la masa del bizcocho.
– Moldes para bizcochos con formas diversas
Con el auge que la repostería creativa ha tenido en los últimos años, actualmente podemos encontrar moldes con forma de casi cualquier cosa: dinosaurios, castillos, personajes de Disney…
Para que un bizcocho horneado en un molde con alguna de estas formas quede bien es importante seguir un par de consejos.
- Para desmoldar el bizcocho correctamente deberás engrasar el molde muy bien y espolvorearlo con harina, ya que probablemente será imposible cubrirlo con papel de hornear.
- En segundo lugar, hornea el bizcocho a una temperatura moderada para evitar que le salga mucho copete. De esta manera podrás darle la vuelta sin problemas. Si le sale mucha «barriga» siempre puedes rebajarla con un cuchillo, pero desperdiciarás parte del bizcocho.
🍰 Qué tamaño de molde para bizcocho comprar
Aunque lo haya dejado para el final, creo que el tamaño del molde es el factor más determinante para que un bizcocho salga perfecto. Evidentemente, elegir un molde demasiado pequeño no augura un buen final, ya que el bizcocho se desbordará durante el horneado. Pero tampoco es aconsejable usar un molde excesivamente grande, ya que el bizcocho quedará muy bajito y se acabará quemando probablemente.
El tamaño del molde debe adecuarse a la cantidad de masa del bizcocho que vamos a preparar, pues de esta relación depende el tiempo y la temperatura de cocción, así como su aspecto final. Cuanto más extendida quede la masa de un bizcocho menos tiempo tardará en hornearse. Por ejemplo, mientras que una plancha de bizcocho tarda poco más de 10 minutos en hacerse, el horneado de un plumcake puede alcanzar casi los 60 minutos.
Por lo general todos los tipos de moldes se fabrican con diferentes medidas. Además, existen tantas marcas que si en una no encuentras el tamaño que buscas, lo tendrás en otra.
Lo ideal es contar con moldes de distintos tamaños para adaptarnos al número de raciones que requiera cada ocasión. No es lo mismo preparar un bizcocho para una celebración familiar que para desayunar tú por las mañanas.
Sin embargo, si tu presupuesto es bajo o estás empezando en esto de la repostería, lo mejor es que te decantes por moldes de tamaño intermedio.
- En el caso de los redondos, con un molde de entre 20 y 23 cm de diámetro podrás preparar la mayor parte de recetas caseras.
- Si estás pensando en un molde rectangular, uno de 26 x 20 cm aproximadamente te hará el apaño.
- Y en el caso de un molde alargado de plumcake, escoge uno que tenga 28 cm de largo más o menos.
En conclusión, ¿cuál es el mejor molde para bizcochos?
Como te habrás podido imaginar, para esta pregunta no hay una respuesta única. El mejor molde para bizcochos dependerá de la receta y del resultado que quieras conseguir en cuanto a textura, forma, sabor… No obstante, en función de mi experiencia, voy a darte algunas recomendaciones generales.
- Si me tuviera que decantar por un material, lo haría por el acero inoxidable. De hecho es el material más común en la fabricación de moldes. Suelen tener una buena relación calidad-precio, son fáciles de limpiar y cuidándolos bien te durarán mucho tiempo.
- No obstante, como ya te he comentado antes, los moldes de aluminio de Nordic Ware® o los de silicona con base cerámica de Lékué® dan excelentes resultados. Si eres aficionado a la repostería te aconsejo contar con alguno de ellos porque le acabarás sacando partido.
- En general yo suelo usar moldes desmontables, ya que me parecen muy prácticos. La única desventaja que presentan es que, sin están muy usados, puede que no cierren bien y se escape algo de masa. Por eso, cuando preparo bizcochos con masas especialmente líquidas, prefiero cuidarme en salud y utilizar moldes de una pieza.
- El tamaño del molde debe ser adecuado para la receta que estés preparando. Como recomendación general procura que el volumen de la masa no exceda las 3/4 partes del molde.
- Para finalizar, te recomiendo comprar moldes para bizcochos de calidad. Puede que suene a tópico, pero es muy frustrante que ese postre que estamos preparando con tanto cariño se eche a perder porque la masa se queda pegada o porque el molde se deforma durante el horneado. Es mejor contar con menos utensilios de repostería pero que los que tengamos nos den buenos resultados.
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Aurora dice
Hola, el molde exacto que tienes tú en esta imagen al principio dónde lo compraste? Lo he buscado pero no lo encuentro. Gracias
Código Cocina dice
Me imagino que te refieres al molde de NordicWare redondo que tiene forma como de flor. Es este: https://amzn.to/3yxaKOt
Lo hay en dorado, no en plateado, pero es una cuestión solo estética, por dentro son iguales.
Aurora dice
Gracias, pero me refería al rectangular, es con el que hiciste el Pastel de acelgas y calabacín. Lo he buscado incansablemente pero no lo encuentro, ni siquiera en Amazon.
Código Cocina dice
¡Ah! Es que ese molde lo tengo hace años, ya no se vende exactamente el mismo. Pero vamos, para que te hagas una idea de las dimensiones, este mide 28 cm de largo × 10 cm de ancho. Es de la marca Pyrex, pero hay un montón de marcas que tienen moldes así.
Carmen López dice
Magnífico post. Muy completo y muy bien explicado.
¡Enhorabuena!