Montar una tabla de quesos en casa es una solución ideal para ofrecer un rico aperitivo o como entrante de cualquier comida. ¿Quieres aprovechar al máximo las cualidades de este excelente producto? Pues tienes que saber cómo presentarlo. Descubre cómo hacer la tabla de quesos perfecta.
Cómo hacer una tabla de quesos
El queso es uno de los alimentos más ricos y apreciados en la cocina. Es complejo en matices y texturas, las cuales suelen venir determinadas por el tipo de leche con el que está elaborado y el tiempo o método de maduración. En función de sus características, existe un abanico amplísimo de variedades. De hecho, prácticamente todas las culturas tienen su propia variedad de quesos.
La creación de una tabla de quesos es mucho más que simplemente colocar algunos trozos de queso en un plato. Para servir una tabla de quesos perfecta debemos saber combinar sabores, texturas, aromas y, por supuesto, la estética.
¿Entonces, cuál es la mejor manera de degustar el queso? ¿Cómo podemos disfrutar de todas sus cualidades? ¿Se toma frío o del tiempo? ¿Con qué otros alimentos lo podemos maridar? Descubrimos los secretos de una tabla de quesos perfecta para triunfar en casa.
¿Pero cuál es la mejor manera de degustar el queso para disfrutar de todas sus propiedades? ¿Se toma frío o del tiempo? ¿Con qué otros alimentos marida mejor? No existe una respuesta única, pero sí podemos desentrañar los secretos de una tabla de quesos perfecta con consejos básicos para triunfar en casa.
La creación de una tabla de quesos es mucho más que simplemente colocar algunos trozos de queso en un plato. Es un arte que combina sabor, textura, aroma y estética. Aquí te ofrecemos los mejores consejos para servir una tabla de quesos ideal.
Organiza los quesos por intensidad de sabor
Empieza colocando los quesos más suaves en tu tabla y ve avanzando hacia los más intensos. Comenzar por los sabores suaves y delicados permite que el paladar aprecie todos esos matices. De lo contrario, la fuerza de un queso azul o uno muy curado, por ejemplo, nos embriagará de tal manera que ya no seremos capaces de paladear las notas florales o afrutadas de quesos más suaves.
No te olvides de indicar a los comensales cuál es el sentido de degustación de la tabla.
Ofrece varios tipos de queso
Una buena tabla de quesos debe ofrecer diversas variedades. Juega con las texturas y combina quesos de pasta blanda con algunos tiernos y otros más curados. No olvides elegir quesos de diferentes leches: vaca, oveja, cabra, mezclas… Cada una aporta matices de sabor muy diferentes.
No hay un número correcto, pues siempre dependerá de la cantidad de comensales que tengas sentados a la mesa. No obstante, al menos 4 o 5 variedades sí debemos ofrecer.
Marida con otros sabores
Las posibilidades de maridar el queso son tan numerosas como las variedades que existen de este alimento. Piensa en la intensidad de sabor y los matices que aporta cada queso para combinarlo con otro alimento.
Por lo general, los quesos maridan muy bien con los sabores tostados de los frutos secos: nueces, pistachos, avellanas… Estos, además, aportan ese toque crujiente que normalmente le falta al queso.
Los sabores dulces, por su parte, aportan un contraste perfecto y equilibran la acidez del queso. Puedes acompañarlos de mermeladas, confituras, miel, fruta fresca, frutas desecadas… Las uvas y la manzana son aciertos seguros, aunque también puedes probar con otras combinaciones de sabores.
Y si quieres ser creativo, además de tus quesos, puedes disponer en tu tabla de pequeñas elaboraciones listas para degustar, al estilo de estas trufas con queso de cabra y mermelada o este rulo de queso con frutos secos.
Corta porciones del tamaño adecuado
Lo ideal es que los trozos de queso tengan el tamaño de uno o dos bocados, ni más ni menos. Si las porciones son muy pequeñas, apenas habrá cantidad de producto para saborearlo. Si, por el contrario, las piezas son muy grandes, el comensal quedará saciado antes de haber podido probar todos los quesos de la tabla.
Prepara la cantidad correcta de queso
Calcula unos 30 a 60 gramos de queso por persona. Esta cantidad es suficiente para saborear el producto sin que los comensales queden empachados. Procura no cortar queso de más. Si bien es cierto que no se va a estropear, una vez cortado se puede ver alterado su aroma y su textura.
Coloca etiquetas para los quesos
Si tienes muchos invitados o una gran variedad de quesos, usa carteles para identificar cada tipo. Así te ahorrarás tener que explicar la tabla a cada comensal. Además de ser un recurso útil, añade un toque elegante a tu presentación.
Ofrece bebidas que resalten su sabor
Deja a disposición de los comensales una variedad de bebidas que mariden bien con el sabor del queso. Las opciones son muchas, desde vinos jóvenes a otros más reposados, pasando por vinos dulces u otras bebidas no alcohólicas como el mosto. Estas bebidas combinan muy bien con la mayoría de los quesos y realzan sus sabores.
Atempera el queso antes de servirlo
Aunque la mayoría de los quesos se deben guardar en la nevera, lo ideal es consumirlo a temperatura ambiente. Si se degusta frío no solo se pierden matices de sabor, sino que estará más rígido y no se podrá apreciar su consistencia real.
Para degustarlo a una temperatura óptima, sácalo de la nevera con la suficiente antelación para que pierda el frío. Este tiempo dependerá de la temperatura ambiental, evidentemente. Y, si hace mucho calor, evita tener expuesto el queso durante mucho tiempo.
Corta las porciones de manera correcta
Usa el cuchillo adecuado para cada tipo de queso. Los quesos blandos necesitan un cuchillo de hoja delgada, mientras que los duros requieren uno más resistente.
La forma del corte también es importante. Procura que cada porción de queso recoja todas las texturas del mismo, es decir, que el corte abarque desde la zona exterior (o corteza si la tuviera) hasta el centro, que normalmente es más cremoso. Corta los quesos en diferentes formas como triángulos, cubos o barras, según convenga.
Incluye una porción de queso grande
Si tu tabla es grande, puedes colocar un trozo de queso sin cortar para que tus invitados aprecien mejor su forma y textura. Algunos quesos de autor o gourmet también trabajan con esmero las cualidades visuales y estéticas del producto.
En definitiva. Montar una tabla de quesos es fácil si sigues estos consejos. Recuerda, lo importante es disfrutar del proceso y de los deliciosos sabores que ofrece cada tipo de queso. Experimenta con diferentes combinaciones y encuentra tus favoritas. ¡Tu próxima reunión será todo un éxito con una tabla de quesos bien preparada!
pilar dice
son deliciosas las sugerencias, graciaas
Código Cocina dice
Gracias a ti por leerme.