El marisco de Galicia es famoso por su frescura, calidad y sabor incomparable. Dada la gran demanda de este producto no es raro que nos quieran dar gato por liebre. Para evitarlo, el primer consejo es comprar en pescaderías online de confianza como GaliciaMarisco. Es la manera más sencilla y segura de adquirir un marisco gallego de primera calidad. Sin embargo, hay otras recomendaciones que puedes seguir para saber cómo identificarlo.
Consejos para identificar el marisco gallego
Cuando estamos comprando en el mercado o en supermercado, lo ideal sería comprobar el etiquetado del marisco, es decir, su trazabilidad. La normativa europea establece que los productos frescos de pesca extractiva deben mostrar una etiqueta donde conste el área y la subzona donde son capturados.
Para averiguar si el marisco gallego o no, también podemos tener en cuenta la temporalidad. La administración gallega establece temporadas de veda durante las cuales no es posible capturar determinadas especies en aguas de Galicia. La finalidad de esta medida es lograr la sostenibilidad de la actividad pesquera y hacerla compatible con la biodiversidad.
La veda, por otro lado, contribuye a que podamos disfrutar de ejemplares de mayor calidad, pues es durante esos períodos de captura cuando el marisco se encuentran en su mejor momento.
Los períodos de veda varían según el tipo de marisco. Por ejemplo, la nécora solo puede ser pescada entre julio y diciembre, y la langosta entre los meses de enero a septiembre, mientras que la captura del bogavante estaría prohibida de abril a junio. Al igual que ocurre con frutas y verduras, si estamos fuera de temporada lo más probable es que ese producto haya sido pescado lejos de las costas gallegas.
Sin embargo, cuando estamos sentados a la mesa no podemos comprobar ninguna etiqueta. Y puede que tampoco conozcamos con exactitud qué especie es propia de cada momento del año. En ese caso, hemos de fijarnos en las características propias de los diferentes mariscos gallegos.
Qué características tiene el marisco gallego
La apariencia física del marisco proporciona pistas sobre su calidad y procedencia. Incluso cuando es congelado, el marisco gallego tiene una buena presencia visual. El marisco gallego fresco debe ofrecer un aspecto brillante y vivo, con colores intensos y ojos prominentes. Los ejemplares estarán completos, con todas sus patas y sus pinzas. Tampoco mostrarán roturas en las conchas o caparazones.
Mejillones, almejas y otros moluscos
Su concha debe ser suave y escurridiza. Son especies que se comercializan vivas, por lo que deben tener la concha cerrada. Si está entreabierta, esta debe volver a cerrarse al tacto. Si las valvas permanecen abiertas o no reacciona, el ejemplar está muerto.
Navajas
Es un molusco que habita en aguas poco profundas y cerca de la costa. La principal diferencia con las navajas procedentes de otros lugares, como Holanda o Escocia, es que las gallegas se capturan manualmente, una a una. Además, para eliminar los restos de arena pasan 24 horas en depuradora, mientras que en otros lugares se utilizan otros medios más agresivos que pueden romperlas.
La navaja gallega, por otro lado, se caracteriza por su carne suave y delicada, mientras que las navajas procedentes de Holanda son más duras y chiclosas.
Centollo
Por lo general, se prefieren las hembras a los machos. La centolla gallega tiene una tonalidad más oscura frente al rojo pálido de la francesa. También tiene unas pequeñas vellosidades en la parte superior de la concha, mientras que las patas son más largas y los pinchos, más puntiagudos.
También se debe comprobar el peso del ejemplar, no tanto el tamaño. Si la pieza pesa poco respecto a su tamaño, es señal de que tiene poca carne en su interior. Lo mismo ocurre con los bogavantes, por ejemplo. El bogavante canadiense, además, tiene la cabeza más grande que el cuerpo y sus pinzas son más pequeñas.
Nécoras
A diferencia de las inglesas, irlandesas o francesas, que son más lisas, las nécoras gallegas tienen un caparazón lleno de vellosidades, como aterciopelado. También tienen un color más intenso, más pardo. En cuanto al sabor, la nécora de nuestras aguas sabe mucho más a mar.
Percebes
Para diferenciar nuestro percebe del marroquí, que a veces se hace pasar por gallego, debemos fijarnos en el tamaño. Los marroquíes tienden a ser más largos y más delgados que los gallegos, que son más cortos, pero más gruesos y con una mayor cantidad de carne.
Los percebes marroquís presentan un tono marrón claro, mientras que los gallegos son más blanquecinos. Sin embargo, la principal diferencia está en el sabor y textura. Los procedentes de las rías gallegas tienen una mayor musculatura, lo que los hace más tersos. También tienen un sabor más intenso debido a la mayor concentración de vida marina en las rías.
En definitiva, cuando un producto es tan apreciado y popular hay que saber diferenciarlo de sus competidores. Saber identificar el marisco gallego merece la pena. Comprar en pescaderías de confianza es un primer paso, pero además, es esencial conocer la temporalidad de cada especie, observar su apariencia física y buscar la denominación de origen en el etiquetado. Siguiendo estos consejos el sabor del marisco gallego te irá directo al paladar y podrás deleitarte plenamente con este manjar. ¡Buen provecho!