Bizcocho de leche condensada y limón

¿Tientes una lata de leche condensada en la despensa y quieres usarla? ¿Te gusta disfrutar de un rico desayuno o merienda casero? Pues no se hable más. Te cuento cómo hacer un bizcocho de leche condensada con un toque de limón. Queda esponjoso y no puede ser más fácil de hacer.

Receta de bizcocho de leche condensada y limón

Añadir una cucharadita de leche condensada al café es uno de esos pequeños placeres que se pueden disfrutar de vez en cuando. Lo malo es que se queda el bote abierto en la nevera y lo acabamos tirando porque no sabemos qué otros usos darle.

Eso no puede pasar nunca. La leche condensada es un ingrediente más que podemos integrar perfectamente en nuestros dulces. En esta ocasión vamos a usarla para preparar un bizcocho delicioso al que, además, daremos un toque de limón. Otra opción para aprovechar esa lata que tienes abierta es preparar unas magdalenas de leche condensada. Quedan igual de tiernas que este bizcocho y necesitan menos tiempo de horneado. Un flan de leche condensada y limón es otra excelente alternativa.

Si da la casualidad de que no tienes leche condensada en casa, pero aun así se te ha antojado un dulce casero, puedes echar un ojo a este bizcocho de yogur esponjoso, que también va aromatizado con limón, o a este bizcocho de nata. Si te quieres salir un poco de las recetas tradicionales, un bizcocho de ron con pasas o un bizcocho de lavanda y limón son dos opciones perfectas.

Consideraciones antes de preparar la receta de bizcocho

Yo he usado un molde de unos 28 cm de largo. Si quieres que el bizcocho te quede más o menos con la misma altura, emplea un molde de dimensiones similares. Para evitar que el bizcocho se pegue, yo lo engraso ligeramente y lo cubro con papel de hornear. Engraso el molde antes para que el papel se adhiera a las paredes y no se caiga.

Acuérdate de sacar un rato antes los ingredientes que tengas en la nevera. Así estarán todos a temperatura ambiente. Además, en el caso de los huevos, estos montan mejor cuando no están fríos.

La levadura que lleva la receta es tipo Royal. En algunos países también se denomina polvos de hornear. No la confundas con la levadura de hacer pan. En cuanto a la harina, usamos harina de trigo normal, la 0000. No es ni bizcochona, ni leudante.

Cómo preparar bizcocho de leche condensada y limón

1. Lava muy bien el limón y ralla la piel. Y ya sabes, retira solo la parte amarilla, que lo blanco amarga. Reserva.
2. Precalienta el horno a 175 ºC con calor arriba y abajo. Sin ventilador.
3. Por otro lado, bate los huevos hasta que estén bien espumosos. Tardarás unos 4 o 5 minutos en conseguirlo. Puedes batirlos con un robot de cocina o con unas varillas eléctricas.
4. Baja la velocidad de batido e incorpora la leche condensada.
5. Tras unos segundos, estará integrada. Añade también el aceite de oliva y la ralladura de limón. Bate otro poco hasta incorporar.
6. Ahora agrega la harina tamizada junto con la levadura y la sal. Mezcla con una espátula realizando movimientos envolventes, de arriba a abajo, hasta que no queden restos de harina.
7. Vierte la masa en el molde que has preparado antes. Hornea a 175 ºC durante 40 o 45 minutos. El tiempo exacto de horneado dependerá de las características de tu horno.
8. Cuando tu bizcocho de leche condensada esté listo, deja que se temple un poco y desmóldalo. Una vez se haya enfriado por completo, puedes decorarlo con un poco de azúcar glas.

Más consejos para hacer un bizcocho de leche condensada esponjoso

El tiempo de horneado es aproximado. Depende de factores como el funcionamiento de tu horno o el tamaño del molde que uses. Para comprobar que el bizcocho está completamente hecho pínchalo con una brocheta o palillo. Si sale limpio, está listo. Si sale ligeramente húmedo, déjalo otros 5 minutos dentro del horno.

Si durante el horneado ves que la superficie del bizcocho se dora muy rápido, puedes cubrirlo con papel de aluminio. Asegúrate de que hayan pasado unos 30 minutos de cocción antes de abrir el horno, pues de lo contrario se podría bajar.

Puedes sustituir la ralladura de limón por ralladura de otros cítricos, como lima o naranja. Un bizcocho de naranja siempre es bienvenido. Si lo prefieres, también puedes aromatizarlo con esencia de vainilla, otro clásico de la repostería.

Este tipo de bizcochos que no son muy húmedos se conservan mejor a temperatura ambiente, pues en la nevera tienden a resecarse y a ponerse duros. Cúbrelo con papel de aluminio para que se mantenga tierno y te aguantará en buenas condiciones hasta 4 o 5 días.