¿Sabías que los alimentos deshidratados tienen muchas aplicaciones culinarias? No solo aportan nutrientes, sino también un toque de sabor, textura y color. Descubre para qué se deshidratan los alimentos y cómo puedes utilizarlos en tus recetas.
En qué consiste la deshidratación de los alimentos
La deshidratación de los alimentos consiste en extraer la mayor parte de su contenido de agua con el fin de conservarlos. Es una de las técnicas para preservar los alimentos más antiguas que se conocen y puede aplicarse a frutas, verduras, carne, pescado, hongos, hierbas aromáticas…
Es posible afirmar que un alimento está deshidratado cuando contiene menos de un 2,5 % de agua. Esta ausencia de agua impide que los microorganismos proliferen en su interior y, por tanto, que el producto se estropee.
Cómo se deshidratan los alimentos
Existen varios métodos para deshidratar los alimentos. Todos ellos son fáciles y pueden realizarse en casa.
Con un deshidratador de alimentos
Los deshidratadores de alimentos son máquinas que extraen la humedad de los alimentos aplicando calor y ventilación de manera controlada. Es la mejor opción para deshidratar alimentos en casa, pues su uso es muy sencillo y cómodo.
Funcionan generando calor en su parte inferior, el cual asciende y se distribuye por todo el interior del aparato. Cuentan con una o varias bandejas perforadas que dejan circular el aire caliente entre los alimentos.
En el horno
En caso de no contar con un deshidratador de alimentos, puede utilizarse el horno. Para realizar el proceso de manera correcta, la temperatura no puede superar los 45 ºC. Si la temperatura mínima que admite el horno de casa es mayor, se deberá dejar la puerta entreabierta.
Secándolos al sol
Este método de deshidratación requiere exponer los alimentos al sol, en un lugar aireado y seco, sin humedad ambiental. Es el menos recomendable de los tres, pues durante el proceso de secado, que suele ser largo, el producto podría contaminarse o estropearse.
Independientemente del método escogido para deshidratar alimentos, es importante que las piezas se coloquen con suficiente separación entre ellas para que el aire pueda circular alrededor. Además, en el caso de los vegetales, debemos procurar que estén en su estado óptimo de maduración. De esta manera, la concentración de sabores y aromas será la máxima posible.
Una vez deshidratados los alimentos, deben guardarse en recipientes bien cerrados en los que se apuntará la fecha en la que fueron secados. Algunos de ellos, como los tomates o las setas, dan muy buen resultado si se conservan sumergidos en aceite.
Cuáles son los beneficios de los alimentos deshidratados
El principal objetivo de deshidratar un producto es prolongar su vida útil sin necesidad de añadir ningún conservante adicional. Sin embargo, esta técnica trae consigo más ventajas.
- Los alimentos se conservan durante mucho tiempo. Es decir, son menos perecederos. Al eliminar un alto porcentaje del agua que contienen, disminuye la posibilidad de que los microorganismos se reproduzcan dentro del mismo.
- Mantienen sus propiedades. La deshidratación altera los nutrientes en menor medida que otros métodos para conservar los alimentos.
- Su valor nutricional aumenta. Tras haber eliminado el agua, los nutrientes se concentran. Además, el color, sabor y aroma del producto también se intensifican.
- Se transportan y almacenan con facilidad. No son alimentos perecederos, luego no necesitan conservarse en frío o de manera especial. Esto los convierte en tentempiés perfectos para llevar y consumir fuera del hogar, durante la realización de actividades deportivas, etc.
- Es una técnica sencilla que puede aplicarse en casa y ayuda a reducir el desperdicio de alimentos.
¿Cómo incorporar los alimentos deshidratados a nuestros platos?
Los alimentos deshidratados son muy versátiles en la cocina. Son una opción maravillosa para aportar color, sabor y textura a nuestras recetas. Algunos de ellos, además, pueden rehidratarse e integrarse en el plato casi como si fueran frescos.
Al poder deshidratar una amplia variedad de alimentos, la cantidad de platos dulces y salados que podemos preparar con ellos es muy extensa. El límite está en tus capacidades culinarias y en tu creatividad.
¿Cómo utilizar las frutas deshidratadas?
De todos los grupos de alimentos deshidratados que podemos encontrar, las frutas son las que más juego dan en la cocina. Manzana, plátano, fresa, kiwi, uvas, ciruelas… Esta técnica de conservación puede aplicarse a casi cualquier fruta.
Además de poderse consumir solas, a modo de snack o tentempié, tenemos la posibilidad de incorporar las frutas deshidratadas a nuestros platos de mil maneras. Para empezar, son un ingrediente habitual en pastelería y panadería para enriquecer bizcochos, magdalenas, panes, bollería… También pueden añadirse a mueslis, granolas y barritas energéticas, así como a productos lácteos como yogures y batidos.
Las frutas deshidratadas también funcionan muy bien en coctelería, bombonería, heladería… Incluso pueden emplearse para elaborar endulzantes caseros, como la pasta de dátil.
Uso de las verduras, hortalizas y setas deshidratadas
Este otro grupo de vegetales también ofrece muchas opciones. Por ejemplo, son perfectos para añadir a sopas, guisos, arroces melosos, risottos… En función de la receta es posible que tengan que rehidratarse previamente, como ocurre con los hongos o los tomates secos. Este proceso será más rápido si se realiza con un líquido caliente, que puede ser simplemente agua o un caldo.
Algunos vegetales deshidratados también pueden emplearse como condimentos, para lo cual suelen molerse una vez se ha extraído de ellos toda la humedad. Buen ejemplo de ello son los chiles, los pimientos choriceros, las ñoras… El ajo o la cebolla también son dos ingredientes a los que frecuentemente se aplica esta técnica.
Las hierbas deshidratadas, nuestras aliadas en la cocina
Las hierbas aromáticas son imprescindibles para aportar sabor y aroma a nuestras recetas, pero no siempre las tenemos a mano cuando están frescas. Por suerte pueden deshidratarse con facilidad, lo cual nos permite disponer de ellas siempre que las necesitemos.