La pasta es uno de esos alimentos la mar de socorridos, pues es fácil de cocinar y combina con multitud de ingredientes. Es la reina de las despensas en los pisos de estudiantes y el plato estrella en esos días en los que no apetece mucho meterse entre fogones.
Todos sabemos que elaborar un plato de pasta es fácil, pero no tanto que salga perfecto. Bien por desconocimiento, bien por dejadez, son muchos los errores que cometemos a la hora de cocinar la pasta, desde la forma de cocerla hasta la manera de emplatarla. ¡Si los italianos nos vieran! Por esa razón vamos a repasar 10 trucos y consejos para cocinar la pasta. Síguelos y tus platos de pasta parecerán cocinados en la mismísima Italia. ¡Buon appetito!
1. Cuece la pasta en un recipiente amplio
Muchas veces tendemos a cocer la pasta en una olla o cazuela demasiado pequeña. ¡Error! La pasta necesita la cantidad de agua suficiente para poderla remover y que no se pegue. La pasta, al cocer, suelta parte del almidón que contiene. Si hay poca cantidad de agua en relación a la pasta, el almidón se concentrará en poco líquido y la pasta tenderá a pegarse demasiado. Lo ideal es disponer de 5 o 6 litros de agua por cada kilo de pasta. Recuerda: no seas tacaño con el tamaño del recipiente.
2. Añade suficiente sal
Por sí sola, la pasta es un alimento un poco soso. Para que coja sabor hay que echar un buen pellizco de sal al agua de cocción una vez que haya empezado a hervir.
3. Agrega la pasta cuando el agua está hirviendo
Ten paciencia. Espera el tiempo suficiente para que el agua comience a hervir y añade en ese momento la sal, no antes. Seguidamente echa la pasta. Así controlamos perfectamente el tiempo de cocción.
4. No hay que añadir aceite ni mantequilla al agua de cocción
Cocer la pasta en agua a la que hemos añadido un chorro de aceite es uno de los errores más extendidos en nuestro país a la hora de cocinar pasta. Comúnmente esto se hace para evitar que la pasta se pegue entre sí, pero lo que estamos consiguiendo es crear una fina película de grasa a su alrededor que impide que la salsa se adhiera bien a su superficie. Para evitar que la pasta se pegue entre sí, bastará con removerla de vez en cuando mientras se está cociendo.
5. Déjala al dente. No te pases de cocción
El punto de cocción es otro talón de Aquiles para nosotros, pues tendemos a dejarla algo pasada. Para saber cuál es el punto ideal no es necesario realizar el viejo truco de lanzar un espagueti contra los azulejos de la cocina. Bastará con hacer caso de las instrucciones del paquete y respetar el tiempo indicado.
6. No hay que refrescar la pasta con agua fría una vez cocida
Otro de nuestros grandes errores es, una vez cocida la pasta, verterla en un escurridor y pasarla por el chorro de agua fría. Eso no se debe hacer nunca, pues eliminamos parte del almidón de la pasta, el cual le aporta una textura ligeramente pegajosa que hace que la salsa se adhiera a ella. Además, salvo que estemos preparando una ensalada, no tiene sentido enfriar la pasta para tenerla que calentar posteriormente.
7. No tires todo el agua de cocer la pasta
Este agua está llena de almidón, un excelente ligazón con el que trabar nuestra salsa. Reserva parte de ella porque resultará muy útil para darle la textura y consistencia deseada a la salsa.
8. Primero se cocina la salsa y luego se cuece la pasta
Lo ideal sería, una vez que la pasta está cocida, sacarla del agua con la ayuda de una espumadera o con esa especie de cucharón con dientes y añadirla directamente al recipiente donde hemos cocinado la salsa. Ahí le daremos un último toque de calor junto a la salsa, de manera que los sabores se liguen. En ese punto, si vemos que la pasta ha quedado muy seca, añadimos un poco de agua de la cocción hasta dejarla a nuestro gusto.
Para poder llevar a cabo este consejo es necesario tener la salsa ya preparada para cuando la pasta esté cocida. Por esa razón nos pondremos primero manos a la obra con la salsa que, por lo general, nos llevará más tiempo.
En caso de que tuviéramos preparada la salsa de antes, habría que calentarla previamente (puede ser en el microondas) y mezclarla ya caliente con la pasta. En ningún caso añadiremos la salsa fría sobre la pasta y calentaremos el conjunto en el microondas.
9. Combina adecuadamente la salsa con el tipo de pasta
Que la pasta está rica casi con cualquier cosa que le pongamos, es una verdad universal. No obstante, si queremos bordar un plato de pasta, hay que saber qué salsa combina mejor con el tipo de pasta que hemos elegido. Explicada de forma breve, la pauta sería la siguiente:
- A las pastas cortas (macarrones, lazos, rigatoni…) les van más las salsas de textura gruesa y que suelen presentar tropezones de cierto tamaño, como la boloñesa, salsas de queso o con verduras.
- Por su parte, las pastas largas (espaguetis, linguini…) combinan mejor con salsas de textura más ligera, como el pesto, y que estén cocinados con ingredientes de pequeño tamaño.
10. La pasta se come al momento de cocinarla
Aunque la pasta es uno de nuestros platos preferidos para llevar al trabajo o para dejarnos hecha la comida de un día para otro, lo cierto es que pierde bastante en textura si no la consumimos en el momento de cocinarla. Si necesitas tener la comida o la cena hecha cuando llegues a casa, prueba a tener la salsa ya cocinada y cuece la pasta en ese momento. Así podrás disfrutar de un suculento plato de pasta recién hecho en menos tiempo.
Si no te queda más remedio que guardarla de un día para otro, consérvala en un recipiente hermético, sin salsa, y añádele un chorrito de aceite de oliva para que quede más suelta.
¿Conocías ya todos estos trucos para cocinar tus platos de pasta? O por el contrario, ¿te ha sorprendido alguno de ellos? Sigue estos consejos y ya verás como bordarás la pasta.
Patty Frattini dice
Hola! Yo tampoco conocía tu blog, me encanta. Te visitaré a menudo. Besos
Código Cocina dice
¡Muchas gracias!
Genesis dice
Genial! ya conocía un par de trucos, pero la mayoría ya quiero ponerlos en practica, Genial el blog!
Código Cocina dice
¡Muchas gracias!
Rebeca dice
me ha gustado mucho, voy a seguir visitándolo……